En el idioma español, el género gramatical se manifiesta en los sustantivos, adjetivos, artículos y algunos pronombres, pero el uso de lenguaje inclusivo viene a cuestionar estas reglas.
En los sustantivos y adjetivos existe únicamente el morfema de género masculino y el de género femenino. El género neutro se ha conservado en unas pocas palabras, como aquello, eso, esto, ello, alguien, algo y lo.
Sin embargo, es importante no confundir el género gramatical (categoría que se aplica a las palabras), el género como constructo sociocultural (roles, comportamientos, actividades y atributos que una sociedad determinada en una época determinada considera apropiados para los seres humanos de cada sexo) y el sexo biológico (rasgo biológico propio de los seres vivos).
En español hay distintos mecanismos para marcar el género gramatical y el sexo biológico:
a) terminaciones (chica/-o)
b) oposición de palabras (padre-madre)
c) el determinante con los sustantivos comunes en cuanto al género (el/la estudiante, este/esta representante). También hay palabras específicas (sustantivos epicenos) que tienen un solo género gramatical y designan a todas las personas independientemente del sexo biológico (la víctima, la persona).
Lenguaje inclusivo: ¿qué es?
El Instituto Nacional Electoral (INE) define al lenguaje incluyente como aquella “expresión oral, escrita y visual que busca dar igual valor a las personas al poner de manifiesto la diversidad que compone a la sociedad y dar visibilidad a quienes en ella participan”.
Para el INE, el uso de esta práctica lingüística busca “forjar una sociedad integrada que promueva en todo momento la igualdad entre los seres humanos”.
Lenguaje inclusivo desde la postura de la RAE
Luego de que se viralizó un video en el que una persona que se autodefine como no binaria y se molesta en una clase virtual porque la llamaron “compañera” y no “compañere“, el tema del lenguaje inclusivo volvió a abrir un debate en las redes sociales.
LEER TAMBIÉN: Lenguaje inclusivo ¿Por qué es importante y qué dice la RAE?
La Real Academia Española de la lengua (RAE) en su espacio de consultas ya había señalado que el uso de la letra “e” como supuesta marca de género inclusivo es ajeno a la morfología del español, además de innecesario, porque el masculino gramatical ya cumple esa función como término no marcado de la oposición de género.
En este mismo sentido, y tras la polémica suscitada, Santiago Muñoz Machado, director de la RAE, señala que aunque la institución “no está cerrada” a las aperturas del lenguaje inclusivo para las mujeres, esto sería siempre que “sean razonables, no lesionen el idioma y mantengan su belleza y sobre todo su economía”.
Guía de la Fundéu para entender qué es el Lenguaje Inclusivo
De acuerdo con la Fundéu, mientras que para unos el lenguaje inclusivo es la última frontera del idioma, un territorio en el que hay mucho en lo que trabajar y mucho por lograr.
Para otros, se trata de una reivindicación estéril que aleja el foco de problemas más importantes, cuando no directamente una opción que se rechaza de manera frontal.
Y agrega que lo único cierto es que es un tema que enciende los debates, generando tanto rechazo como adhesión, y del que ha identificado los siguientes puntos que a su vez conforman una guía para entender el lenguaje inclusivo:
- Masculino genérico
- El femenino de cargos, puestos y profesiones
- El desdoblamiento
- Nombres de colectivos y otros recursos
- La @, la ‘x’, la ‘e’
- Grandes hitos
- Sobre algunas expresiones concretas
- Más allá del texto
- Lengua y realidad
Masculino genérico
Sucede en cada vez más foros que las mujeres son una mayoría.
Esto pasa no solo en reuniones y encuentros profesionales de muy diversa índole, sino también, por ejemplo, en el deporte femenino, que cada vez cuenta con más presencia en los medios, o en la composición de los distintos Gobiernos. Muchos hablantes sienten que, para recoger convenientemente este hecho, el llamado masculino genérico se queda corto.
Esto es, que ante una mayoría, por ejemplo, de ministras lo más adecuado sería hablar de las ministras del Gobierno, englobando con esta denominación a hombres y mujeres, en lugar de hacerlo al revés.
La postura académica es clara a este respecto: en español el masculino es el género no marcado.
Lo cierto es que, en determinados contextos, algunos hablantes usan de forma esporádica el femenino genérico: el año pasado, los medios se hacían eco de las palabras del entrenador de la selección femenina de baloncesto.
Sus «jugamos contentas, jugamos tranquilas» causaban asombro en los medios: un hombre se incluye en un femenino genérico en una muestra de habla tan espontánea como la de un seleccionador hablando a sus jugadoras. Preguntado por ese femenino, respondía con una lógica que para él era aplastante: «¡Pero si son todo mujeres y el único hombre soy yo, que ni siquiera juego!».
En la Fundéu se cree que esos son los detonantes que empiezan a impulsar un cambio gramatical en una lengua (más lentos, más complicados de alcanzar que cualquier cambio ortográfico o léxico).
Cuando estos usos se generalicen, cuando la mayoría de los hablantes en su día a día, con naturalidad, entiendan que el femenino es más adecuado que el masculino en algunas situaciones y lo empleen así, estaremos ante un fenómeno mayoritario; este uso del femenino será un consenso tácito en la mente de los hablantes.
Y entonces la Gramática académica, notaría de la lengua, previsiblemente registrará que el masculino ya no es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto.
El femenino de cargos, puestos y profesiones
El género es una propiedad de los nombres y los pronombres que tiene efectos en la concordancia con los determinantes, los adjetivos, los cuantificadores, etc. Los sustantivos en español solo pueden ser masculinos o femeninos, pero los demostrativos, los cuantificadores, los artículos y los pronombres personales pueden ser, además, neutros: esto, eso, aquello; tanto, cuanto, mucho…; lo y ello.
En la Fundéu siempre ha ofrecido la forma plenamente femenina de aquellos cargos y profesiones que, de acuerdo con la morfología de nuestra lengua, pueden tenerla.
Y recomienda, por ejemplo, pilota, obispa o edila. Y lo hace siendo conscientes de que tienen una aceptación irregular. Reconocen que a muchas personas ‘les suenan mal’, pero también saben que el hecho de que una palabra suene bien o mal no es en sí un criterio lingüístico.
Los hablantes, al final, son quienes siempre deciden. En la Fundéu se trata de que esa sea una decisión informada entre opciones gramaticalmente válidas, correctas. Su labor, señalan, es conseguir que la gente sepa que puede decir la juez y también la jueza. Después ya es cada hablante quien finalmente emplea una palabra u otra.
Las que triunfen, las que mayoritariamente se empleen, serán las que se quedarán y estarán vivas en el caudal léxico de la lengua; las otras caerán por su propio peso en la evolución del español.
El desdoblamiento
Se llama desdoblamiento léxico a la mención expresa de los dos géneros. Esto es, se trata de no decir solo los niños para referirse a los niños y a las niñas, sino de escribirlo mencionando ambos géneros.
La Gramática académica recoge que el desdoblamiento es una tendencia reciente, aunque considera que su intensidad es variable y que parece ser más propia de algunos textos periodísticos, de medios oficiales, del lenguaje administrativo o de los textos escolares que del habla espontánea que se escucha en las calles de los distintos países del ámbito hispánico.
La doble mención, al masculino y al femenino, es general en los vocativos (fórmulas fijas como señores y señoras, damas y caballeros), en los que se interpreta como una marca de cortesía; pero, salvo esos usos, la Academia indica que resulta artificioso y que se trata de un «circunloquio innecesario cuando el empleo del género no marcado es suficientemente explícito para abarcar a los individuos de uno y otro sexo».
Nombres de colectivos y otros recursos
Junto con el desdoblamiento, existen otras alternativas que suelen sugerirse y emplearse en los manuales de lenguaje inclusivo para evitar la mención sistemática en masculino.
Entre ellas están los nombres colectivos y los sustantivos abstractos. La Gramática académica indica que estas sustituciones ‘son imperfectas desde el punto de vista léxico o desde el sintáctico. También pueden resultar inadecuadas, además de empobrecedoras’. Según esta obra, mis profesores no equivale a mi profesorado o nuestros vecinos a nuestro vecindario.
Sin embargo, en la mayoría de las guías de lenguaje inclusivo se equipara el sentido de los profesores al de el profesorado y se prefiere este último.
Fundéu señala que las lenguas ofrecen recursos suficientes para que cada hablante se sienta cómodo con el uso de lenguaje, para que pueda expresarse de acuerdo con sus ideas y conforme a su manera de entender el mundo y su relación con los demás.
No pretenden, imponer unas formas en detrimento de otras; pero no existen reparos en proponer y difundir los recursos que mejor visibilicen a la mujer.
La @, la ‘x’, la ‘e’
En ocasiones, se ha sugerido como una posible alternativa para no emplear siempre las desinencias del género masculino sustituir estas por otras ‘más neutras’. Algunas propuestas utilizan la @, la letra ‘x’ e incluso la vocal ‘e’, pero estas opciones presentan algunos problemas.
Pueden ser admisibles en ciertos contextos como una manifestación verbal creativa y provocadora, como un recurso gráfico más propio de pancartas y lemas, en los que visualmente puede resultar expresivo, pero se recomienda no emplearlo en textos generales, ya que además presenta el problema de la imposible pronunciación de las palabras resultantes.
El hecho de que la @ o la x sirvan precisamente para no marcar ni un género ni otro de forma expresa ha llevado a que algunas agrupaciones del colectivo LGTB empleen estas opciones para referirse a aquellas personas que no se sienten identificadas como mujeres o como hombres o que no lo hacen siempre del mismo modo y que no quieren limitarse a un sistema binario que consideran constrictivo.
Grandes hitos
De cuando en cuando el uso de femeninos más o menos novedosos en los medios de comunicación o en el debate político hacen que durante unos días todos nos preguntemos por la validez de esas expresiones.
Algunas de las más sonadas, han sido: miembra, presidenta, portavoza.
Sobre algunas expresiones concretas
En la Fundéu se reciben muchas consultas sobre términos que aparecen con frecuencia en los medios de comunicación; desde el propio significado de la palabra ‘feminismo’ a la diferencia entre ‘violencia doméstica’ y ‘violencia de género’ o el uso de la voz ‘feminicidio’.
Más allá del texto
Prodigioso Volcán ha elaborado una guía con consejos para una comunicación más inclusiva y clara llena de ideas interesantes; de entre ellas se encuentran las siguientes, que van más allá de las palabras.
La diversidad es inclusiva y más productiva: grandes empresas están cambiando su comunicación interna y la forma en la que redactan sus ofertas de empleo. Está demostrado que los equipos más diversos rinden más y consiguen mejores resultados porque son más creativos. Por tanto, para atraer al talento usa una comunicación más inclusiva.
Las marcas de género de las palabras no son la única forma de visibilizar a las mujeres. Si necesitas encontrar ejemplos de personajes ilustres, trata de que algunos de ellos sean mujeres. Hazlas visibles, dalas a conocer.
Cuando elijas una fotografía o una ilustración, vigila que no sea sexista, que no haga patente la desigualdad de género con roles estereotipados.
Presta atención a los iconos, puedes generar ambigüedades y reforzar algunas ideas sin siquiera darte cuenta. Un sombrero no tiene por qué indicar hombre, una pareja se puede representar también con dos personas del mismo sexo, etc.
Revisa el uso que haces de los colores: el rosa no es un color exclusivo de las chicas y el azul no solo es para los chicos.
El sonido también puede ser inclusivo: a la hora de elegir las voces de los vídeos o de otras aplicaciones. Ten en cuenta a tu audiencia, cómo es ese público.
Evita referirte a las mujeres como un grupo social caracterizado por su condición sexual.
Lengua y realidad
Existe un debate recurrente en el mundo de la lengua y su relación con la sociedad. Muchos creen que es el idioma el que va cambiando a medida que cambia la sociedad, mientras que para otros el fenómeno corre en la dirección contraria: solo impulsando cambios en la lengua lograremos que cambie la realidad que esta designa. Como en casi todos los debates, es posible que en este las dos partes tengan algo de razón.
Lenguaje inclusivo. Ejemplos
Las palabras no son únicamente una interpretación del lenguaje que utilizamos. Constituyen un pequeño pero poderoso gesto, que puede cambiar la forma en la que nos comunicamos.
Dado que en muchas ocasiones no existe una intencionalidad de discriminar cuando nos expresamos, el lenguaje inclusivo trabaja para desmontar y analizar aquellas cosas que damos por normales o habituales.
Ejemplos y consejos que comparte BBVA para empezar a implementar un lenguaje más inclusivo:
- Evitar mostrar a las mujeres como apéndice de los hombres. En lugar de decir “los migrantes y sus familias”, utilizar “la población migrante”.
- No equiparar a la mujer con la infancia. En lugar de decir “fallecieron 10 personas, entre ellas 3 mujeres y 2 niños”, utilizar “fallecieron 10 personas; 5 hombres, 3 mujeres y 2 niños”.
- Simetría en el tratamiento. Preguntarse si es una cualidad relevante en su contexto y utilizar la misma construcción para un hombre que para una mujer. No hacer referencia al físico o a la condición sentimental de una mujer, si no lo haces igualmente con un hombre.
- Desmontar estereotipos. “Las mujeres de la limpieza”, por “el personal de limpieza”.
- Usar sustantivos genéricos. “Es un gran logro para el hombre” por “es un gran logro para la humanidad”.
- Utilizar pronombres neutros. “Al interesado” por “a quien le pueda interesar”.
- Sustituir ser por estar. “Estamos comprometidos con este proyecto” por “tenemos un compromiso con este proyecto”.
- Eliminar artículos y/o pronombres. “Si mandas un mensaje a alguien, él puede verlo” por “si mandas un mensaje a alguien, puede verlo”.