Estudios realizados por especialistas de la UNAM han documentado las propiedades de la moringa frente a la diabetes e hipertensión.
La moringa es una planta que contiene sustancias que favorecen la disminución de la presión arterial, la concentración de glucosa en la sangre y ayudan a combatir las infecciones causadas por bacterias.
La mejor forma de consumir la moringa es no someter sus hojas a temperaturas mayores a 40 grados Celsius, revela un estudio desarrollado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), encabezado por Mark Olson, del Instituto de Biología (IB).
Si hacemos té de moringa o la cocinamos, se destruye la enzima que detona en la planta sus propiedades benéficas y también su probable efecto anticancerígeno.
Aun así, sigue llena de proteínas, entonces para uso alimenticio es excelente, pero si queremos que ayude contra la diabetes y otras afecciones, se debe procesar de manera diferente.
Para preparar la infusión se debe poner en agua a temperatura ambiente unos 30 minutos antes de ingerirla, y la sugerencia es poner de tres a cinco gramos de hoja seca en un litro.
Es importante señalar que la moringa y cualquier otro remedio herbolario son coadyuvantes en los tratamientos que cada médico especialista determine.
Moringa, una planta “prima” del brócoli y el rábano
Esta planta posee una sustancia llamada isotiocianato, la cual favorece la eliminación de toxinas del cuerpo.
La especie más común en México es la Moringa oleifera, la cual es posible encontrar en la costa del Pacífico, desde el sur de Sonora hasta Chiapas, especialmente en la Depresión del Balsas, aunque también crece en la zona del Golfo y en varias partes de la península de Yucatán.
La moringa pertenece al orden de las Brassicales, donde también están la col, el rábano, berros y brócoli, entre otros.
Todas estas plantas producen isotiocianatos, moléculas con azufre, cianuro y azúcares, que son muy activas biológicamente. Se sabe que los germinados de brócoli de tres días contienen una concentración muy alta del químico sulforáfano, un isotiocianato (compuesto) cuyos efectos benéficos se han estudiado de manera extensa.
En los mamíferos, los isotiocianatos incrementan los niveles de enzimas de destoxificación de fase dos, que defienden al cuerpo de sustancias nocivas que ingerimos todos los días.
Por ejemplo, la carne poco quemada contiene sustancias solubles en lípidos o grasas, que difícilmente puede procesar nuestro organismo, y las enzimas de fase dos detonan varias reacciones que las desactivan y las vuelven menos nocivas, lo cual permite que se puedan desechar.
Usando como modelo el brócoli, se ha demostrado que los isotiocianatos incrementan los niveles de las enzimas de destoxificación de fase dos, y se han realizado análisis que muestran que esto ayuda a disminuir la incidencia de cáncer en células in vitro, en animales y en varios estudios en humanos.
Los estudios Mark Olson y la UNAM mostraron que la moringa es una buena fuente de isotiosianatos.
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Otros beneficios
La moringa también contiene calcio y vitamina A, por lo que se le utiliza en programas para prevenir ceguera infantil; sus semillas tienen 40 por ciento de ácido oleico de muy alta calidad.
El bagazo que queda de la planta posee una proteína coagulante que, en sitios donde no hay tratamiento de agua, puede ayudar en la primera etapa de purificación del líquido.
Sus tallos tienen 13 o 14 por ciento de proteínas, por lo que también es buen alimento para el ganado.
Los estudios realizados por la UNAM revelaron que la infusión en frío es la mejor opción para preservar los isotiocianatos contenidos en la planta.
Hay que evitar los concentrados de la moringa, pues hay evidencia de que los isotiocianatos en muy altas dosis provocan alteraciones reproductivas, testiculares o aborto en animales.