‘Las Poquianchis’, así se conoce a las asesinas seriales que aterraron a Guanajuato, y cuya historia traspasó la región del Bajío.
Cometieron sus crímenes durante varios años a mediados del siglo XX. La cruenta historia de las hermanas González Valenzuela incluso se representó en obras de teatro y hasta se escribieron guiones de cine.
Los medios de la época informaron que María Luisa, Delfina, María de Jesús y Carmen González Valenzuela tenían una red de trata de mujeres y en los municipios de Lagos de Moreno, Jalisco; así como en San Francisco del Rincón y Guanajuato, donde abrieron prostíbulos.
A Las Poquianchis se les acusó de asesinar a por lo menos 80 personas, pero otros dicen que fueron más de 150 víctimas.
Incluso la revista ¡Alarma! (una de las publicación que es considerada como pionera en la “nota roja” en México) aseguró haber vendido dos millones de ejemplares debido a la cobertura de este caso.
Las hermanas González Valenzuela eran originarias de El Salto; en estos municipios reclutaron con engaños a jóvenes para ser prostituidas y al querer salir del negocio las violentaron y a muchas de ellas las asesinaron.
¿Quiénes fueron Las Poquianchis?
‘Las Poquianchis’ y su ascenso al mundo criminal fue posible ya que corrompieron a las autoridades de municipios de los Altos de Jalisco y del Bajío.
Se dice que se hacían amigos y luego les ofrecían servicios en sus cantinas y dinero para ser protegidas.
Antes de convertirse en asesinas seriales, las hermanas trabajaban en una fábrica textil y con el dinero de la herencia otorgada por sus padres iniciaron sus negocios turbios.
A las mujeres se les hacía creer que trabajarían como empleadas domésticas, pero una vez reclutadas, se les secuestraba y se les obligaba a dar sexoservicio.
Debido a que muchas se cansaron de los abusos se decidían por irse del negocio, pero éstas lo evitaban y a las que no sometían abuso sexual o a condiciones de encierro extremo, se les asesinaba para aterrar al resto. También se habló de que eran obligadas a participar en ritos satánicos.
El final de Las Poquianchis
El final de las hienas fue luego de que una víctima logró escapar y denunciar ante las autoridades.
El 6 de enero de 1964 fueron detenidas en San Francisco del Rincón, al realizar un operativo en las fincas donde tenían sus burdeles. Las autoridades encontraron pequeños cementerios con los restos humanos de las decenas de las víctimas de las hermanas.
Se reveló que no sólo mujeres estuvieron entre sus víctimas, también clientes y bebés de las mujeres secuestradas.
Las hermanas murieron en la cárcel. Delfina, alias La Poquianchi Mayor, murió a los 56 años (7 de octubre de 1968), mientras estaba presa en la cárcel de Irapuato; María Luisa, apodada “Eva La Piernuda”, falleció en la cárcel municipal de Irapuato en noviembre de 1984, víctima de cáncer hepático. En tanto que María de Jesús fue la única que falleció en libertad en el año de 1990.
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