El blog de viajes Expedia.mx, dio a conocer una lista con las 50 ciudades más asombrosas del mundo, entre las que aparecen varios destinos nacionales.
Viajar es uno de los grandes placeres que ofrece esta vida, darse a la aventura y explorar el planeta está en la lista de sueños a cumplir de prácticamente todas las personas.
Nuestro tiempo como huéspedes en esta tierra, quizás no alcance para conocer cada uno de los rincones y sitios que en él se encuentran, pero sí podemos ir a los mejores, señala el sitio.
Desde lugares lejanos hasta los más poblados, urbes modernas con arquitectura de vanguardia, tradicionales, legendarios o míticos.
En el listado aparecen:
Cancún, Quintana Roo: Paraíso de punta a punta, rodeado de arena, sol, mar y otros destinos playeros e islas de ensueño. Bucear y conocer sus arrecifes y fauna marina es una de las máximas experiencias. Actividades acuáticas, artesanía, arqueología, vida nocturna y hotelería de primer nivel donde quedarse en Cancún.
León, Guanajuato: Caminar por las calles que conforman el primer cuadro de la ciudad y detenerte a admirar la estupenda fachada de su Catedral Basílica, magnífica construcción erigida en 1746 por orden de los frailes jesuitas, es obligado. Actualmente este imponente edificio aloja a la milagrosa imagen de la Virgen de la Luz, a quien cientos de fieles -de la región y de más allá de nuestras fronteras-, dedican numerosos festejos y peregrinaciones a lo largo del año.
San Miguel de Allende, Guanajuato: Cuando se dice que algo está hecho a mano es porque es bonito, pintoresco, acogedor y tradicional, así es este lugar. Sus icónicas calles empedradas y “callejoneadas”. Atmósfera de alegría y los hoteles en San Miguel de Allende, destacando los boutique, son ideales para hospedarse.
Celaya, Guanajuato: Conocida por su exquisita cajeta artesanal, Celaya es considerada “La Puerta de Oro del Bajío” por la importancia comercial que ha tenido desde su fundación en 1570. Su nombre es de origen vasco y significa “Tierra Plana”. Otra de sus características geográficas es su posición privilegiada en el altiplano del Bajío cuyas tierras son bañadas de norte a suroeste por el Río Lerma. La ciudad fue durante la colonia un lugar importante para la cosecha y distribución de productos eran repartidos en las minas de Guanajuato y Zacatecas.
Ciudad de México: Desde las alturas del castillo de Chapultepec se observa la grandeza de una de las ciudades más grandes en el mundo. No hay esquina sin tortas de tamal, tacos de canasta u otra fritanga. El tradicional pulque en el centro histórico rodeado por gran parte de la historia del país, el Palacio de Bellas Artes a unos cuantos metros o visitar la imponente basílica, es solo una pequeña parte de las cosas que hacer en la ciudad de México.
Chihuahua, Chihuahua: Hogar de la imponente Sierra Tarahumara, rodeada de dos pueblos mágicos, es uno de los estados más extensos del país. Las Barrancas del Cobre, la zona arqueológica de Paquimé o Hidalgo del Parral. El abismo más profundo del mundo, lo convierten un lugar único. Visita Expedia.mx para conocer los mejores hoteles en Chihuahua.
San Cristóbal de las Casas, Chiapas: Se encuentra en un fértil valle rodeado por montañas en el estado de Chiapas, al sur de México. Es el hogar de varios grupos indígenas que descienden de los mayas; dos de los más grandes son los Tzotziles y los Tzeltales que habitan en los pueblos de los altiplanos que rodean a San Cristóbal.
Puebla, Puebla: La gastronomía del lugar es encabezada por el mole más famoso. El colosal volcán Popocatépetl, resguarda parte importante de la historia de México. Pueblos mágicos, arquitectura colonial que data desde su fundación en 1531. Consulta Expedia.mx para ver tus opciones de paquetes a Puebla.
Atlixco, Puebla: La ciudad de las flores se ubica en las faldas del volcán Popocatépetl, presume de tener el mejor clima del mundo y las flores son parte del paisaje cotidiano.En estas fértiles tierras se asentaron los españoles, que construyeron templos de bellas cúpulas e imponentes conventos, que aparecen más hermosos que nunca cuando Atlixco, por Navidad, se convierte en La Villa Iluminada.